...
Hay algo tan perverso en los teléfonos,
en las gafas oscuras,
en los pestillos.
Algo que no cambia
ni se moja
ni se enciende.
Un sonido seco y mustio:
eco de una voz
que se rompió sin espejo.
Y se hizo el espejo / Nos pidió contemplarnos / Dejó nuestras almas / Con la suerte rota
2 Comments:
Hay algo tan prístino en las cartas de respuesta,
en los lentes con dioptrías,
en las llaves sin llavero
Algo que obliga a parirse,
a mojarse,
a encenderse
Una palabra húmeda,
eco de una voz ayer dispersa
que por fin halló un espejo
o un puerto,
que son lo mismo
bravo por el suspenso
y el silencio
del poema de los espejos
lo disfrute mucho
chau!
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