Monday, January 30, 2006

Silencios

No sabía cuántas veces había muerto la palabra
justo en el borde de la boca.
Un trago de saliva
tras otro,
para lograr atravesar la frontera en la garganta.
Para ascender vertical y redonda,
hasta encontrar el trampolín sobre la lengua.

Entonces ya, simulado el tiempo exacto,
la glosa desnuda a punto de nacer
desenrollaba su cuerpo de bacteria,
con el vientre invisible y el alma inmóvil,
a sabiendas que el brío no mana del suelo;
y lentamente,
buscaba la salida.

Ni un diente se levanta cuando el cielo está cerrado.
No hay epidemia, ni tacto, ni goce
que reviente un armazón soldado con la piel.
“¿Y qué?” “¿Y qué?”
Decía,
sin poder explicarse la nada
ni el espacio oscuro que envolvía su continente.

¿Sin llave cómo perforar la voz,
descoser los labios,
y dejar caer un NO
tan gigantesco
que se corte la ingesta de veneno?.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

"ni un diente se levanta cuando el cielo está cerrado"

elijo un verso
y lo saludo
como a vos.
felices febreros
desde la costa atlántica

3:40 AM  
Blogger Maria Caracol said...

Saludos también y felices días de verano... no hay problema con los hábitos...

Gracias por venir..

Salud y larga vida!

8:50 AM  

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