Tuesday, November 06, 2018

El espejo de hoy



Me pierdo. 
No es cierto que el horizonte es siempre una promesa.
A veces cansa. 
Cansa imaginar la barbarie, la violencia y el silencio,
imaginar que el techo está cayendo sobre las alas de los pájaros,
que la sangre es un río sin bordes ni final.
Cansa tanto.
Sí, es cierto, vamos
cerrando las trampas con remiendos de colores,
con trozos de trapo,
con saliva y estrellas,
con gotas de la piel.
Lentamente.
Amarrando telarañas y tibiezas,
letras y danzas,
sarcasmos que auguran hundimientos y flores.
Profecías.
Hermosas, acuáticas, profundas.
Pero tanta destrucción no se detiene.
No frenan el ahogo, la mordaza, las pérdidas, las fosas.
¡Las fosas!
Las fosas que aparecen cada día entre los dedos arañados de quienes destapan la tragedia,
Buscando una huella, un hueso, una esquina.
Me pierdo.
Ruedan las sombras, las cifras, las banderas.
Se me secan las metáforas, flaquean las alegorías.
A oscuras busco otras manos, un abrigo, una hebra loca, una cuerda.
Me enredo un dedo,
Hago un nudo,
Dibujo la amalgama de la tierra,
Pero algo se ha quebrado
y se derrama la tinta
mientras lloro otra vez sobre grietas y fisuras. 


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