Volví del mar
Estoy.
Sin mácula ni estrella.
Sin huellas ni blancas cicatrices
escondidas en el cuerpo.
Tan vacía como siempre,
pálida y sin sed.
El viento empuja osamentas
de barcos encallados,
pero no logra limpiar el mar
y conmoverse.
Hay una perla en ese océano
que nadie toca,
que nadie llama.
Y se me incendian las piernas a las doce.
Sin mácula ni estrella.
Sin huellas ni blancas cicatrices
escondidas en el cuerpo.
Tan vacía como siempre,
pálida y sin sed.
El viento empuja osamentas
de barcos encallados,
pero no logra limpiar el mar
y conmoverse.
Hay una perla en ese océano
que nadie toca,
que nadie llama.
Y se me incendian las piernas a las doce.